España es
una gran cárcel con miles de presos políticos, exiliados, represaliados… Sigue
siendo un país negro donde la sombra de la muerte acecha sin tregua.
Se cumplen treinta y ocho años de los últimos
fusilamientos de la dictadura franquista, la dictadura de "la paz
social" a base de muertos. Cinco militantes antifascistas, 2 de ETA y 3
del FRAP son ejecutados. Todo el consejo de ministros de Franco ratificó las
sentencias de muerte. Poco después moriría el dictador, rodeado de sus fieles,
rapaces de poder. Los más inteligentes de entre ellos corrieron a garantizar la
continuidad de sus estructuras de poder bajo formas “democráticas”. O dicho de
otro modo, a consolidar lo que ha venido en llamarse Transición.
El 27 de Septiembre, por el mundo entero,
especialmente en Europa, miles de antifascistas se lanzaron a la calle para
protestar por la horrible barbaridad del régimen. Como acto de desagravio y de
afirmación franquista, Franco convoca un acto en la Plaza de Oriente. Ésta,
llena de uniformes falangistas, de brazos en alto, de banderas rojigualdas y
aguiluchadas, de pancartas y gritos de exaltación del terror fascista, está
presidida, desde el balcón del Palacio de Oriente, por Franco y el entonces
príncipe de Asturias, el actual rey Juan Carlos I. Nunca se le ha ocurrido
pedir perdón por esa presencia ni explicar los motivos que le llevaron a ella.
No puede.
Hoy treinta y ocho años después, no se han revisado
las causas judiciales –Consejos de Guerra sumarísimos– de los cinco
fusilados. Sus juicios fueron farsas sin la más mínima garantía legal, y ya
entonces escandalizaron e indignaron a los observadores internacionales que
pudieron asistir a ellos. Ni una sola prueba o declaración de testigos fueron
tenidas en cuenta.
Los fusilamientos del 27 de septiembre fueron la
confirmación de lo que era y nunca había dejado de ser el régimen de Franco. Y
un aviso a navegantes: la izquierda rupturista y revolucionaria no cabía en el
proceso que se estaba gestando con vistas a la muerte del dictador: la
Transición.
27 de Septiembre de 1975
En este día nefasto se producen los fusilamientos.
España es una gran cárcel con miles de presos políticos, exiliados,
represaliados… Sigue siendo un país negro donde la sombra de la muerte acecha
sin tregua. De las comisarías y cuartelillos salen gritos y sangre. La
represión que empezó hace cuarenta años no ha parado. Tampoco ha parado el
pueblo español. Su lucha por la libertad tiene entonces un horizonte: la
República.
Juan Paredes Manot, "Txiqui", es fusilado
hacia las ocho y media de la mañana, junto al cementerio Norte o de Corserolla
(Barcelona), por un pelotón de seis miembros de la guardia civil, todos
voluntarios del servicio de información (ofrecen un aspecto carnavalesco, pues
van con melenas y barbas, pero se ponen el traje con el tricornio para la
ocasión). Le disparan con saña de uno en uno, las dos balas de que disponen.
Txiqui muere cantando el Eusko Gudariak. De lejos, presencian el crimen Mikel,
hermano de Txiqui, y los abogados Magda Oranich y Marc Palmés.
Angel Otaegui Etxevarría es fusilado en la prisión de
Burgos, a las nueve menos veinte de la mañana, solo y sin testigos.
A las ocho menos cuarto de la mañana, Ramón García
Sanz, José Luis Sánchez Bravo y José Humberto Baena son trasladados a un campo
de tiro militar en Hoyo de Manzanares. Les espera un pelotón de fusilamiento
compuesto por guardias civiles y policías nacionales. Todos sus miembros son
voluntarios. Asisten también los jueces de los Consejos de guerra, un cura
militar y el párroco de Hoyo de Manzanares, un médico, policía militar y varios
torturadores de la Brigada Político-Social, estos últimos vestidos con colores
chillones y corbatas de flores para la ocasión, varios de ellos borrachos. Son
fusilados entre las nueve y diez y diez y cuarto de la mañana.
22 de Noviembre de 1975
Juan Carlos I jura su cargo como rey ante las Cortes
franquistas. Sus integrantes le aceptan "desde la emoción del recuerdo de
Franco" y por su juramento de fidelidad a los principios del Movimiento
Nacional, es decir, de los principios emanados del golpe militar fascista de
1936 contra la legalidad de la II República.
Tenemos nuevo rey, empieza "la democracia"…
Lo que igual hoy no se recuerda es que España era ya un reino, sin rey, pero un
reino decretado por Franco en la ley de Sucesión de Marzo de 1947. Tampoco se
recuerda que Juan Carlos había sido ya Jefe de Estado en funciones durante el
franquismo, antes de ser coronado, en los periodos en que la enfermedad obligó
a Franco a retirarse.
El llamado cambio político no lo inventó nadie de la
noche a la mañana, estaba ideado y preparado desde hacia años, desde el franquismo
y desde la izquierda colaboracionista y claudicante, sostenido por la cantinela
de la reconciliación nacional. Era importante asegurar la continuidad del
régimen, y así se hizo. Hasta hoy.
La Transición alimentó la amnesia crónica. España olía
a sangre y estaba llena de lapidas de "muerte no natural". Se
volvieron a utilizar frases como paz, reencuentro, perdón, sin ira, sin rencor…
para seguir pintando de negro, desde la mentira, una historia de lucha por la
libertad que todavía, treinta años después, no ve la luz. Los máximos
responsables de ese proceso falsario han sido elevados a los altares de la
democracia actual como supuestos ejemplos para el mundo democrático.
Para hacer justicia, para crear un verdadero estado
democrático, es importante no borrar de la memoria la verdad de lo que ocurrió
y que se sigue tácitamente silenciando, debe albergar la luz de la historia
innegable, de testigos, juristas internacionales, de torturados… La dictadura
franquista fue una pesadilla real de sangre y barbarie.
Treinta y ocho años después, en este 27 de septiembre
de 2013, la herencia del recuerdo de la lucha antifascista y de la verdadera
democracia sigue viva:
por Grupo
Arenal Uno. LQSomos
Viernes, 27
de Septiembre de 2013 02:36
Referencias:
- Cinco héroes del pueblo. Agencia de Prensa España Popular (APEP).
- La sombra de Franco en la Transición. De Alfredo Grimaldos. Editorial OBERON.
- FRAP 27 de Septiembre de 1975. Por equipo Aldevec. Ed.Cinco héroes del pueblo. Agencia de Prensa España Popular (APEP).
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